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Lo único que hacía era leer libros de filosofía
Mi papá había estudiado en el Instituto Nacional, era médico. La historia que me contó este personaje que era muy cercano, Máximo Quina, era que él influyó mucho en su vida y se sintió muy culpable por eso. No sé si por la militancia directamente pero sí a meterse con ideas un poco más profundas sobre el marxismo. Él leía mucho y vivía en la casa del lado, entonces mi papá se fue imbuyendo en esta información y empezó a tener conciencia sobre las cosas que pasaban, y él me contaba un poco eso. Mi mamá me contaba las historias que mi papá le contaba sobre su amigo, cómo había sido súper importante. Mi papá se pone Máximo por chapa en homenaje a él. Él está vivo y vive en Perú. Como toda esa generación de jóvenes súper comprometidos, revolucionarios, fue a Cuba a prepararse, no tengo claro qué año. Se fue con Félix Huerta. Trabajaba con Félix en el tema de seguridad, de hecho Félix en ese tiempo en Cuba recibió esa bala perdida y quedó paralítico. A Cuba fue a recibir entrenamiento, seguramente también de seguridad. El traspaso de información con Cuba era súper importante en ese momento. No alcanzó a sacar el título de Medicina en la Chile, pero egresó con la licenciatura y estudió Medicina por esta cosa familiar. Según mi mamá, no le interesaba en lo más mínimo la medicina, y según los amigos, como Félix Huerta, él daba los exámenes pero lo único que hacía era leer libros de filosofía, estaba en otra. Mi papá era un tipo muy feliz, la pasaba muy bien con los amigos. Murió a los 28 años, muy joven.
Relatado por Máximo Corvalán-Pincheira, hijo de Ricardo Pincheira.