
+
Siempre nos contaba historias
Mi papá era muy exigente intelectualmente, uno no podía decir que sí porque sí, siempre había que tener un argumento.
Siempre recuerdo las grandes conversaciones después de almuerzo, contando historias siempre relacionadas con su vida militante, con sus situaciones de vida familiar o los viajes. Era súper bueno para conversar.
Cuando pequeña lo único que quería era salir a jugar con mis amigos y era típico que me venían a buscar a la hora de almuerzo y yo me ponía a comer rápido para irme con ellos. Mi papá hacía siempre lo mismo y yo me moría de vergüenza, los sentaba a la mesa conmigo y se ponía a conversar con ellos mientras yo terminaba de comer, les hacía mil preguntas sobre qué hacían, qué materias les estaban pasando y él, por su parte, les contaba cosas. Ahora que lo veo con distancia lo encuentro genial. Mi padre era muy entretenido.
Relatado por María Luisa Ortiz, hija de Fernando Ortiz