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Pedro estuvo en Quintero, solito
Nosotros somos de La Unión. Nacimos todos en Osorno y de ahí nos cambiamos a La Unión y de ahí a Valdivia donde nos pilló el terremoto del 60, por eso nos vinimos para acá. El gobierno nos obligó a cambiarnos para terminar los estudios. Nos agarraron a los cuatro que estábamos estudiando. Mi hermano menor, Jorge, se quedó con el papá. Y los demás todos nos vinimos para Santiago. Los asistentes sociales se hicieron cargo de nosotros, en el gobierno de Alessandri. Cuando llegamos al convento, nos llevaron a la catedral a te deum y estaba don Jorge Alessandri. Desde Santiago nos destinaron a diferentes lugares. Por ejemplo, Pedro estuvo en Quintero, solito. El Luis, en Los Andes, y nosotros con mi hermana en un convento en calle Esperanza. Yo estuve tres años ahí: cuarto, quinto y sexto de humanidades en ese tiempo. Y mis hermanos no podían estar ahí, así que mi hermano Luis, que tenía 15 años, se fue directo a una panadería a trabajar. Ahí le dieron una pieza para dormir con casi pura gente sureña. Las monjitas le consiguieron a mi mami un trabajo en Franklin de cocinera en un supermercado. Y ahí se tuvo que ir con mi hermano que tenía como 4 años. Todos desparramados. Mi mamá no sabía leer ni escribir, pero así nos fuimos juntando, hasta el año 62 que nos juntamos. Desde el convento una monjita me acompañó a ver a Pedro, que estaba recién operado de apéndice, solito en ese colegio.
Relatado por Silvia Vargas , hermana de Pedro León Vargas.