+
Vida y trabajo en Santiago
Yo nací en la sexta región, en la comuna de Quinta de Tilcoco, Rengo. Viví ahí hasta los 17 – 18 años, y de ahí me vine a Santiago con la ambición de estudiar, porque mis papás no tenían cómo mandarme al liceo de Rengo. En Santiago trabajé unos meses en una fábrica chica, después me iba en los meses de verano a Rengo, y así fue en los años siguientes. Después, en el 68, entré a trabajar en Cementos Polpaico, como junior, hasta septiembre del 73. Ahí me tocó vivir el proceso de cómo la empresa de cementos Polpaico pasó al área social.
Estudiaba en las noches para sacar sexto de humanidades, y trabajaba durante el día en Cementos Polpaico. Ahí, mi aspiración, como la de muchos, era que me ascendieran a un departamento que era como de computación mecanizada, porque no había computación en esos años. Eran unas máquinas donde se registraba la contabilidad. Cuando la empresa estaba intervenida, empezaron a producirse vacantes, unos se iban, y a otros los echaban porque no estaban de acuerdo con el proceso. Hasta que se produjo una vacante y llegué yo al departamento de máquinas, donde, entre otras cosas, tenía que hacer la caja de la empresa y todo tenía que cuadrarme en cero. A fin de mes tenía que registrar los sueldos de todos los trabajadores, que eran como 200. Ahí yo ya estaba casado con Mónica.
Relatado por Manuel Maturana, marido de Mónica Llanca.