Los ojos de Paya

Enrique se parecía mucho a nuestra mamá. La Isabel y yo somos más parecidos a los Ropert, pero la forma de ser de Enrique: esa cosa simpática, es de familia Contreras absoluta y sobre todo de la Paya. A la Paya le fue muy difícil toda esta historia con él. No fue fácil porque para ella Enrique era como sus ojos.

Ella nunca hizo diferencia con nosotros, en absoluto, pero Enrique era sus ojos. Y justo le tocó perderlo a él. Pero bueno.

Relatado por Max Ropert, hermano de Enrique Ropert.