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Le rasguñaba la cama
Mauricio era muy amigo de los gatitos, le encantaban. Una vez le regalaron una gata negra, la Chola, y empezó a tener gatitos. Alberto, Mauri y Patricio dormían en una pieza, pero el gato sabía donde estaba Mauricio y le rasguñaba la cama hasta que lo despertaba. En una caja me hizo hacerle un colchoncito a la gata que tuvo 8 gatitos. Y la Victoria me decía, “Echémoslos al agua, con tal son chiquititos”, y yo le decía, “No, si el Mauri los tiene contaditos”. Entonces empecé a ofrecer gatitos, pero la Chola siempre quedó. La quisimos operar pero no se pudo, y siempre tenía gatitos. El Mauri estaba acostumbrado con los gatos. Cuando iba a hacer trabajos voluntarios, le dimos la gata a un sacerdote amigo que tenía una casa grande donde vivían los enfermos. Pero nos dejamos un gatito plomo que le seguíamos diciendo Chola, aunque era gato. Y Mauri decía: “Chola, Chola, pero ¿y este gatito?”. Y yo le decía: “Mira, con tanto gato la Chola no podía estar más aquí”. Y él empezó a querer al otro gatito. Y así seguía él con sus gatitos, le encantaban los gatos.
Relatado por Luz Encina, madre de Mauricio Jorquera.