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En Francia paseamos por todo Europa
Mi papá era chiflado, un tipo muy inteligente, brillante. Un ingeniero civil y físico nuclear que terminó de agricultor.
En el año 60 o 61 se le ocurrió que nos fuéramos seis meses a Francia. Tenía una empresa constructora en Chile, pero eso no le importó. Nos íbamos por seis meses y nos quedamos tres años. Se le ocurrió entrar a estudiar a La Sorbonne. Como era francés, en la universidad le convalidaron algunos ramos de Ingeniería para graduarse de Físico Nuclear.
En Francia paseamos por todo Europa. Habían fotos, pero ya no las tenemos. Nosotros no tenemos pasado, por decirlo de alguna forma. No tenemos fotos. Las quemaron todas. Creo que tenemos una foto cuando estamos piluchos cuando chicos. Otra con la Paya tomando desayuno en París y una en que salgo durmiendo abrazado con la Isabel. Dormíamos los tres en la misma cama.
En Francia nos cambiamos varias veces de departamento y estuvimos en varios colegios. Al principio nos metieron a un colegio en la zona de Moulin Rouge. Hace poco yo pasé por ahí y ya no existe. Era un internado. Los wáters eran de hoyo y Enrique se adaptó rápidamente pero yo no. Tuvieron que ponerme un wáter especial para que no saliera con la guata hinchada. Después nos metieron internados en un colegio fantástico que se llamaba La Tournelle. Era un castillo y estaba en las afueras de París. Tenía bosques.
A nosotros nos dejaban ahí en invierno, pero a la Isabel, que estaba en un colegio de monjas, la sacaban y se la llevaban a Yugoslavia o a otros lugares. Ella era más grande y podía aprender más. A nosotros, que nos consideraban unos cabros chicos, nos dejaban otras veces con la tía Orieta, una hermana menor de mi mamá, en Italia, en Trieste, en unos campings que todavía existen. Pero pronto mi mamá se compró una Caravana, una casa rodante, y con ella recorrimos toda Europa y su historia.
El último año, estuvimos en un colegio jesuita y ya no éramos internos. Quedaba cerca del departamento.
Volvimos a Chile a empezar de cero. Y nos trajo a todos de vuelta.
Relatado por Max Ropert, hermano de Enrique Ropert.