En auto a buscar a Paya a La Moneda

Con Enrique nos turnábamos para ir a buscar a la Paya a La Moneda porque salía sola tipín una o dos de la mañana. Como vivía en Cañaveral y tenía que hacer el camino de tierra sola, la acompañábamos.

La Paya además tenía la costumbre de pasar a ver a todos sus amigos después de salir de La Moneda y llegaba a la casa como a las cuatro. Era la única hora en la que podía ver a sus amigos porque a las siete de la mañana ya estaba bajando de nuevo a la casa de gobierno. Era amiga incluso de gente de derecha, algunos pintores. Entonces ese era el momento en que podía verlos.

El 29 de junio, el día del tanquetazo, con Enrique hicimos el acuerdo de estar siempre al lado de Allende y la Paya. Nosotros sabíamos que ella iba a estar siempre pegada a Allende y el 29 de junio nos fuimos a Tomás Moro, a la casa del Presidente. De ahí salimos con Allende y la escolta, que era una caravana grande porque iban una serie de ministros y cuestiones, hasta La Moneda.

Enrique dejó de ir a la población aunque debería haberse presentado.

Relatado por Max Ropert, hermano de Enrique Ropert.