Los niños felices con el yogur
Me acuerdo de Pedro cuando trabajaba de sastre ahí cerquita en la población, me acuerdo que le pagaban, él llegaba a la casa y al tiro le pasaba plata a mi mamá y mandaba a comprar una bebida, un yogur para los menores. Era el día de la alegría que teníamos en la casa, porque para nosotros tomar bebida era como una fiesta, y los niños felices con el yogur y compraba paletas dulces, era como un festejo. La señora del almacén ya sabía que le habían pagado a mi hermano. Siempre bonitos recuerdos. A mí me han dicho que no hay que endiosar a las personas, pero es que realmente fue así.
Relatado por Rosa Merino, hermana de Pedro Merino.