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Fui por coincidencia
A José Domingo Cañas yo había ido a algunos actos en la calle y las dos veces fue de noche, entonces solo conocía la casa de noche. Una vez me llamó un cliente y me fui por José Domingo Cañas para ver la casa de día, y justo era la única vez que el juez Guzmán había ido a recoger testimonios. Me bajé, yo andaba con la foto de la Mónica, y veo un camarógrafo afuera, me abre la puerta un señor y me pregunta si vengo a testimoniar, yo le dije que no, que venía solo por una tincada y que venía a conocer la casa de día. Cuando me di cuenta que estaba el juez Guzmán, entré a la casa, y en un sector habían unas casitas chicas y varios detectives, y sale uno y me dice: “En qué anda don Manuel”. Era un detective que me había tomado declaraciones cuando el guatón Romo andaba en Chile, y le digo que era una casualidad. En eso veo a dos compañeras: la Mónica Pirquín y otra compañera. Habían unos cuartitos chicos que eran los calabozos. La otra compañera había estado con Mónica detenida ahí, y me dijo que Mónica estaba muy asustada y que parece que estaba involucrada en unos papeles del gabinete de identificación. Entonces yo quedo mirando el calabozo y ella me dice que por ahí estaba el portón, y que ahí el Guatón Romo le había sacado la cresta a patadas. Le pregunté qué había en los calabozos, y me dijo que habían escritos. Entonces entré, se me puso la piel de gallina al pensar que podía encontrar un escrito de la Mónica. Me quedé ahí, eran las 4 de la tarde, y me quedé hasta las 9 de la noche, y el juez me preguntó si yo estaba detenido, yo le dije que buscaba a mi señora y le mostré la foto. Él me dijo si sería tan amable de ir a declarar, y yo dije que claro que sí. Eso fue algo a lo que Mónica me llevó en el momento, porque si no cómo, ¿una coincidencia?
Relatado por Manuel Maturana, marido de Mónica Llanca.