El patrón, como represalia, lo mandó de rondín

Pedro trabajó en Bavaria, igual que mi papá, mi mamá, mi hermano y yo. En esa época era más popular, para la gente trabajadora, iban los camioneros. Como Pedro tenía una educación más avanzada que sus compañeros, un día pidió que les pagaran el porcentaje que les correspondía como garzones. El patrón, como represalia, lo mandó de rondín, para cuidar en la noche, con un arma. Entonces mi hermano dijo que con un arma no. Esto fue el 71.

Yo me había casado y me fui con mi marido a Parcela, la población que daba el patrón de Bavaria, don Miguel Kast, al personal. Yo pensé que la desaparición de Pedro tenía que ver con algo personal, que don Miguel nos había castigado por lo que había pasado. Como había trabajado con él y se había disgustado, después de que el Pedro se retiró o lo echaron, yo decía que era algo personal, porque nosotros no sabíamos nada, yo no sabía ni siquiera lo que era el golpe de Estado. Escuché por la radio cuando dijeron que estaban bombardeando La Moneda y yo pensé que era algo casual. Tan inocente, metida en una burbuja en el campo. Yo tenía 31.

Relatado por Silvia Vargas, hermana de Pedro León Vargas.