Se dedicaron a la investigación folclórica

Juan era estudioso y muy conciliador. En un evento en el Teatro Cariola, donde siempre se hacían asambleas, todos tiraban para sus ideas y Juan era capaz de callar al teatro lleno. Entonces después, en la tarde era artista, bailaba en el conjunto Millaray del Héctor Pavez, era el mejor bailarín de cueca de Chile, hicieron giras por Europa, por casi toda América. En eso fueron a los 50 años de la Universidad de la Revolución Rusa. Hacía tantas cosas, una no se daba cuenta, pero al correr de los años y ver los papeles uno dice cómo una persona que mataron a los 30 años, en 10 años hizo 500 cosas, y no solo él sino que toda su generación.
Con Héctor Pavez después se dedicaron a la investigación folclórica, estuvieron en Arauco, igual que la Margot Loyola, y en Chiloé. Iba a las raíces, a los campos, a los pueblos, donde había cantoras populares, él era ayudante del Héctor Pavez, porque Juan era bailarín no músico. Héctor hizo las publicidades, los discos que se editaron. Aparte de eso, Frei Montalva lo nombró consejero de la Junta Nacional de Auxilio y Escolaridad. Además era dirigente internacional de los profesores.
Juan trabajaba como profesor hasta que vino Allende, porque ahí llegó al Ministerio de Educación como jefe político del Partido Comunista, y trabajaba en la Dirección de Educación Secundaria. Antes de Allende él ejercía en el Politécnico de Menores, que era un Sename como Dios manda, no como lo que hay ahora. Este estaba a cargo del Ministerio de Salud, Ministerio de Justicia y Ministerio de Educación, con hogares tutelares. Tenían radio, la llevaba el Patricio Manns y les enseñaba a los niños a hacer radio. Los niños aprendían a hacer pan, aprendían a arreglar los enchufes, hacían gasfitería. Los muchachos eran tomados de tres años, el Ministerio de Salud ponía los técnicos: psicólogos, psicopedagogos, psiquiatras. Había niños que habían asesinado a sus propios padres en el campo, y en el fondo lo habían hecho de pura ignorancia, pero ahí no les decían que eran asesinos, sino que inmediatamente les hacían terapia, trabajar, jugar fútbol. Juan hacía clases de básica ahí, y en todas partes metía la música y el baile.

Relatado por Anita Altamirano, esposa de Juan Gianelli Company