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Mi mamá le decía que se fuera
Mi hermano nunca se fue clandestino. No sé si le habrán ofrecido, yo creo que no, pero lo que yo sé es que mi mamá le decía que se fuera, porque mi mamá se acordaba mucho de historias que conocía de gente que tenía que andar escondiéndose en tiempos de González Videla, ella sabía mucho de eso y lloraba. Cuando Pedro llegaba a la casa, cada vez menos, mi mamá le decía: “Hijo, por favor váyase del país que lo pueden matar”. Él no entendía por qué se tenía que ir después de todas las conquistas sociales que habían logrado. Él no quiso irse, fue muy obediente, le enseñaron siempre a obedecer, y él siempre tenía presente a su mamá por todo lo que había sufrido, una vida aguerrida. Eran los dos muy parecidos, yo creo que además de que amaba a las Juventudes Comunistas, antes se le daba mucho más valor a todo eso, porque la gente que entraba a militar tenía un compromiso verdadero, no como ahora. Cuando hay que votar, por ejemplo, siempre me acuerdo de mi hermano, si él votaría por este o este otro.
Relatado por Rosa Merino, hermana de Pedro Merino