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El día que me fui a casar le veo el carné
Soy cuatro años mayor que Juan. Si yo ya era profesora y él había egresado como cuatro años después que yo. Yo pensaba para mis adentros que debía tener más de 25 años porque para ser dirigente nacional era requisito. Pero le aumentaron la edad, porque para ser dirigente nacional había que tener un mínimo de edad y una cantidad de años de servicio, y él no cabía en ninguna de las dos porque tenía como tres años y medio de antigüedad, y el mínimo eran cinco, además tenía que tener 25 años. El día que me fui a casar le veo el carné, me quedé parada y “Bueno”, me dijo. Yo no sabía la edad que tenía cuando nos casamos, qué le iba a andar preguntando la edad. Es que cómo se te va a ocurrir que un gallo que es dirigente nacional, que viaja, que va a Colombia, que anda dando seminarios por allá, por acá… Tenía 22 años y yo tenía 25. Entonces me dijo “Bueno, dejémoslo hasta aquí nomás”, y yo dije: “Uy cómo me castiga la boca”, porque a mi cuñada, que éramos muy amigas y después no fuimos más amigas, yo le dije que cómo podía andar con un gallo menor, jamás en la vida. Y ella se casó con mi hermano que es menor que ella. Fue terrible, un impacto para mí porque todos mis principios se fueron a las pailas, yo he sido muy esquemática. No me había dicho su edad porque no había sido tema. Juan era muy joven pero muy agrandado, si por eso yo me espanté.
Relatado por Anita Altamirano, esposa de Juan Gianelli Company