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Viajes a Chuqui
En Chuqui íbamos a ver a mi abuela materna, la Blanca, que adoraba a mi mamá porque era hija única. Mi abuelito trabajaba ahí y ganaba harto, si dejábamos de hacernos pipí nos regalaba una cama entera, aprendíamos a leer la hora y nos regalaba el reloj. Después, cada 15 días nos llegaban mil pesos, como 10 lucas de ahora, según la edad. Nos regalaba paquetes enormes con pan amasado porque mi abuela era del Sur y hacía esas cosas. Mi abuelo era obrero y un tío era empleado de Chuqui. En esos viajes nos quedábamos harto tiempo, tiene que haber sido en la época de 4, 5, 6 años porque no íbamos a clases, nos quedábamos una semana o 15 días porque a Jorge le daban unos ataques de asma horribles, se llegaba a poner morado.
A mí me impresionaban sus piernas que se ponían como un costrón negro en la rodilla, y él era negro, negro. Usaba los pantalones cortos, arriba de la rodilla, mi mamá nos vestía super top, y como éramos los dos primeros teníamos vestidos para el 16, 17 y 18 de septiembre. Jorge tenía ternos beige, ternos blancos y cuando bebé le ponían unos mamelucos tan ridículos. Él era tranquilo y muy apegado a mi mamá, muy protegido, tremendos ojos negros grandes y de mayor le salió un lunar muy sexy en el labio.
Relatado por Celia Vercelotti, hermana de Jorge Vercelotti.