Más unidos

Antes la gente iba donde los vecinos y al final uno salía curado de todo lo que te ofrecían, y ahora no pasa eso, la gente es más desconfiada. Me acuerdo que ellos visitaban a mucha gente, yo estaba en Carrascal, en una población municipal y toda esa gente eran clientes del restaurante, entonces uno compartía con ellos. Su hermana que se fue a Temuco, casada con el detective, nunca dijo que tenía una hermana detenida desaparecida, porque allá iba la Lucía de Pinochet y hacía comidas con la gente, y las señoras de los detectives tenían la obligación de pertenecer al CEMA, entonces ella por una cuestión de seguridad, nunca fue solidaria ni estuvo muy preocupada del asunto. De la familia, Nené fue la única que estuvo acompañando, estuvo en una de las huelgas de hambre que se hizo en la iglesia de San Francisco, que duró 48 horas. Fue en el año 77, en plena dictadura. Luego Nené fue una de las que me acompañó en la búsqueda de Mónica durante dos o tres años.

La familia de Mónica no era partidaria del gobierno de Allende, y Mónica en un principio tampoco, incluso hay un cuaderno donde anota: “Alessandri volverá”. El marido de su hermana mayor me echaba la culpa a mí de la desaparición de Mónica.

 

Relatado por Manuel Maturana, marido de Mónica Llanca.