Mi mamá empezó a postular a un subsidio

Vivíamos en la población José María Caro, llegamos el año 59, y aquí seguimos. Cuando llegamos ahí el 59, era un puro sitio vacío. Yo no había cumplido un año todavía. Antes estábamos en Juan Plana, entre Departamental, Santa Rosa y Las Industrias, en ese sector. Mi mamá empezó a postular a un subsidio y en el año 60 empezaron a construir las casas sólidas, muy buenas. En ese tiempo estaba Alessandri, y se dice que esos terrenos los donó el cardenal José María Caro. Teníamos gallinero, aves y  muchas palomas que las comíamos. En esa época era costumbre. Era como criar un pollo, se cocinan igual que las gallinas, se le sacan las plumas y después se echan a cocer, las comíamos más como estofado, eran sabrosas, a todos nos gustaban. Teníamos árboles. Antiguamente se daban buenos terrenos. Ahora vivimos yo y mi mamá ahí. Cuando me separé, me vine a vivir con mi mamá. Mi mamá estaba sola y se dieron las cosas. La casa es grande, yo me construí atrás un departamentito de dos pisos, que lo usaba para guardar unos piyamas de polar que vendía que ocupaban mucho espacio.

Cuando estaba Pedro había dos dormitorios, uno para mis papás y el otro para nosotros. En el dormitorio de mis papás había que poner una cama al lado donde dormían dos o tres niños, los menores generalmente, para que mi mamá los pudiera atender. El otro dormitorio era una cama donde dormían mis dos hermanos mayores, Pedro y Luis, y en la otra las tres mujeres, Ana, yo y Adela. Mi mamá dormía en la cama siempre con una guagua, con el menor. Así, siempre amontonados. Mi hermano Pedro y mi otro hermano, donde estudiaba, se iban donde la abuelita que les quedaba más cerca.

Relatado por Rosa Merino, hermana de Pedro Merino.