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Cañaveral
Cañaveral era de una tía mía, la hermana mayor de mi mamá. Y un lugar muy exclusivo porque se hacían unas fiestas y se juntaba gente como el conde Faber, que era el dueño de los lápices Bic o de los lápices Faber, o Los Panchos, que eran los cantantes mexicanos. Entonces, juntaban mucha gente y estaba todo el mundo intelectual. A nosotros, a veces, cuando no había todas estas cosas arriba, la Lina nos invitaba a alojar. Y a pesar de que la diferencia con mis primos era de diez, once años, ella nos invitaba a alojar. Entonces íbamos con Roberto, Enrique y yo. A nosotros lo que nos gustaba mucho era subir el cerro que había en frente. Entonces lo subimos, y de repente a Enrique le dieron ganas de ir al baño. Estábamos en mitad del cerro y a este pobre hombre se le ocurrió limpiarse con litre. ¿Tú has visto los monos del poto colorado? Estuvo como una semana la Paya echándole una pomada, que en esa época no había hipoglós, no sé qué lo que era. Pero yo no he visto a nadie más sufrir de guata sin poder levantarse. Con litre. Tenía esas cosas.
Después vivimos en Cañaveral con Enrique. Antes vivíamos en un departamentito afuera, pero después nos cambiamos adentro, en lo que se llamaba la oficina, después que metieron un bombazo.
También Enrique se pasaba mucho tiempo en la población. De la universidad a la población y de la población a la universidad. Tenía llegada. Enrique incluso llegó a vivir un tiempo a la población. Vivía en una media agua con el Beto. Estaba entregado al 100%. Su consciencia y claridad eran insoslayables. Nada de cuestiones.
Lo que yo siempre admiré de Enrique, aunque se puede decir “se metió en el MIR por la Isabel, la onda, todo el ambiente”, es que cambió solo. Solo tuvo una transformación política en toda esta historia y terminó en el Partido Socialista, siendo que el Partido Socialista tenía no sé cuántas tendencias. Pero entendió ese punto. Y yo le encontré al final, aunque discutimos, la razón.
El problema que cambió a Enrique era el punto de vista del proceso de participación. Por eso te cuento de toda esa parte de la historia política de Enrique, cuando yo no militaba con él. Yo trabajaba en el Fundo San Luis, pero en otra población más abajo, frente a donde está la Kennedy. Pero los que trabajaron con él en esa zona lo quisieron.
Relatado por Max Ropert, hermano de Enrique Ropert.