En busca de vestigios 

Mi mamá no sabe cómo murió Jorge, nosotros le dijimos que le sacaron la mugre, lo vendaron y lo fusilaron, que no sufrió, que fueron patadas como a cualquier ladrón y que fue una muerte rápida, eso es lo que mi mamá sabe. Porque si nosotros le decimos que fue torturado y de la forma en que fue torturado… desde ese momento, toda mi familia, mis hermanos, hemos vivido un proceso espantosamente horrible. El abuelo de él, yo creo que está al borde de la esquizofrenia, porque mi hermano fue ahogado en aceite, una tortura espantosa. Desde que supimos la muerte de Jorge, hay una historia de vida, porque empezamos a reconstituir sus últimos años. Yo viajé a Argentina, a Buenos Aires, y pedí permiso en el cementerio donde se enterraron sus osamentas. Su cuerpo estuvo muchos años enterrado, después lo sacaron y lo llevaron a una fosa común con mil personas más. Desde eso han pasado más de 30 años. Pero fuimos, fui con mi mamá ahora en el último viaje. Mi mamá quería recuperar las osamentas, pero ahora pensamos que mejor no, porque sabemos que Jorge está ahí, está con su compañero y con el pueblo, con los pobres, y eso es como una historia de vida que te podría resumir todo. Igual hay tres plaquitas de mármol que hicimos con mi mamá. Una a nombre de mi mamá, una de la familia, y yo le escribí una a nombre del MIR, para todos sus compañeros, a nombre de él y de su compañero paraguayo, que murieron juntos. Yo fui dos veces a Cuba a tratar de averiguar de su vida, fui a colaborar con mano de obra. Era necesario para mí, parte del proceso. La chica que me alojó en Argentina trabaja en el Ministerio exclusivamente sobre detenidos desaparecidos, ella vino a Chile justo antes de que pillaran a este chico argentino aquí. A ella no la detuvieron pero le mataron a dos hermanos, un drama. Yo le saqué foto al expediente y me demoré una semana en mirarlo, no podía, me quedé una semana en Santiago, lo abrimos y lo leímos con mi hijo, mirábamos la foto y no me pasaba nada, después me dio indiferencia, luego me dio rabia, y después empecé a leer los detalles y empecé a recordar cómo murió y después hablé con Ximena Moncada, la sicóloga de allá, y me dijo que nosotros hubiéramos necesitado tratamiento psicológico, pero al final no lo hemos aceptado, es una cuestión tan compleja.
Nosotros por algo supimos que vivía en España el grupo que estuvo involucrado con el asesinato de Jorge y la Graciela, mi hermana, quería ir porque es patiperra, y conoció de todo, vivió en la montaña, y quería ir a buscarlos a España para matarlos. Yo pienso que mi hermana Graciela es la que más ha sufrido con todo esto porque fue la que recibió la carta, la que se tuvo que quedar callada. Yo lo busqué en el grupo Farenheit en Buenos Aires, que era al parecer de familiares de detenidos desaparecidos extranjeros en Argentina, en esa lista habían muchos NN en la fecha en que teníamos la carta del MIR y en el 16 y 17 encuentro dos NN que quizás eran mi hermano y su compañero que no conocí, era un cabro de Paraguay que traía la chapa de que era chileno, y Jorge traía la chapa de que era ecuatoriano, por eso cuando fallece mandan sus antecedentes al consulado de Ecuador. Al del grupo de antropología forense le interesó mi carta y la leyó y decidió ayudarme. En esa carta decía que había muerto en Buenos Aires, que lo habían fusilado en tal lugar y que teníamos que recuperar su cuerpo porque ellos no podían. Nos dieron las fechas aproximadas de cuando lo detuvieron y lo mataron. Por ejemplo, detuvieron a Jorge el 16 y lo mataron el 18. Esa carta está escrita a mano por él, tenía una letra horrible. Estuve buscando por meses, porque vieras tú las listas de todo el mundo, listas interminables, hasta que llego ahí y casi me muero de impresión cuando lo ubiqué.

Yo me entrevisté con el amigo que lo entrenó políticamente, que vive justo frente a una amiga de mi mamá. A nosotros nos tocó como familia, por cosas del destino, tener fotografías del testimonio de cómo se tortura, porque no hay. Los de la triple A fueron argentinos, eran una organización paramilitar medio nazi, peronistas, operaban antes de la Operación Cóndor. Jorge es víctima del inicio de la Operación Cóndor.  Ahí mataban de todo, incluso a homosexuales.

Relatado por Celia Vercelotti, hermana de Jorge Vercelotti.