Los  tres hermanos son institutanos

Mauricio empezó en el San Lázaro, pero el primer día que llegó le dijeron que al que se portara mal le iban a poner una inyección. Le mostraron la inyección con la aguja y él lloró y se fue del curso. Los hermanos mayores que estaban ahí también lo llamaron, tuvimos que ir a buscarlo, y lo sacamos. Después lo pusimos en unas monjas italianas. Tenía como seis años. Alberto, mi marido, conocía a estas monjas. Estuvo dos años ahí y después volvió al San Lázaro pero de más grande. Queda por Carrera. Nosotros vivíamos en Ejército y nos quedaba muy cerca de la casa. Y de ahí lo pasamos al Instituto Nacional. Los  tres hermanos son institutanos.

Relatado por Luz Encina, madre de Mauricio Jorquera.